Decidí por quedarme una última noche en San Diego. En parte porque no le había comprado regalos a nadie. En parte porque aún no sabía muy bien cuál iba a ser mi primera parada de regreso en México. En parte porque San Diego es una ciudad increíble y quería una chela en el Downtown District.  Además, me seguía sintiendo un poco solo y vulnerable siendo mi primer día sin compañeros de viaje.

Baja en Moto - San Diego
Tres calles en paralelo, todas repletas de bares y restaurantes.

Siempre me a sorprendido la cercanía entre San Diego y la frontera. Apenas 20 minutos después de salir esa mañana soleada del 29 se septiembre ya estaba en una trayectoria sin retorno rumbo a México.

De igual manera siempre me sorprende la facilidad con la que entras a México. Al igual que cuando entramos desde Belize, pasando en moto no hay contacto humano que te revise documento o cargamento. Hasta quieres buscar a un guardia o alguien y anunciar tu entrada; “¡ya estoy de regreso chicos! ¡no se preocupen no hay nada que declarar!”

Ya me había hecho de la opinión que en este viaje no iba a parar por la hermosa y caótica ciudad de Tijuana y muy comodamente tome la desviación a Ensenada que propone Caminos y Puentes Federales para los que son de este tipo de opinión. Rápidamente entras en una actitud de peajes en una vía de dos carriles que rodea Tijuana, flanquea el pacífico y se beneficia de todo tipo de paisaje espectacular antes de desearte buen camino a la entrada de Ensenada.

Como algún tipo de conspiración del sector privado con el gobierno estatal, apenas sales de la carretera de peajes y te topas con la Taqueria Los Traileros. Un establecimiento del lado opuesto de la avenida que simplemente no te puedes perder. Vaya bienvenida de regreso a México con los mejores “Tacos estilo ensenada” que puedes probar. Un manjar de los muchos que le seguirían en esa peninsula.

El Valle de Guadalupe

Le debe quedar claro a cualquier viajero cuando en la región de Ensenada y con el lujo de por lo menos un día vacante que no se puede perder de una visita al Valle de Guadalupe. Con esta información de la cuál me había adueñado el día anterior (entre mi segunda y tercer chela y con TripAdvisor en mi navegador), gire a la izquierda y entre al Appellation d’Origine (sans) Contrôlée mexicano. Ese mismo año había visitado la región vitinícola de Queretaro (reseña aquí) pero esto era otra cosa y que no tenía punto de comparación. Es un valle enorme dónde empiezas a ver pequeñas señaleticas dirigiéndote a diferentes fincas vinícolas cada vez que un camino de terrazería bifurca de la carretera principal.

Baja en Moto - Valle de Guadalupe
Un valle enorme repleto de parras

Me vi forzado a ignorar toda esta distracción del tipo vitis vinifera hasta que no tuviera asegurado un lugar para dormir. Me dirigía a un pequeño campamento “Rancho Sordo Mudo” del cuál había escuchado como opción para pasar la noche. Llegando, sin embargo encontre que aunque el rancho es enorme y se ve que hacen una muy buena labor, su campamento se trata de un “trailer park” a un costado de la carretera muy expuesto y en ese momento completamente desierto de otros campistas. Además tiene una vista directa y sin obstrucción a un Hotel Boutique cuyas habitaciones cuestan arriba de los quinientos dólares diarios. No iba a poder dormir tranquilo.

Zona Vnícola del Valle (Clic para más grande)
Zona Vnícola del Valle (Clic para más grande)

Había otro camping en la región pero parecía involucrar un camino de terrazería en lo profundo del valle. Fue en ese preciso momento que tuve que tomar una decisión que definiría mi aventura por Baja California. Soñaba con el Baja de caminos de terrazería, cactus y una moto cargando todo para dormir bajo la via láctea. Me detenía todo tipo de inseguridades de lo que podría suceder. Tenía un archivero completo lleno de información de viajeros recientes y de años atrás en todo tipo de transportes y ninguno parecía dar seña de que algo malo ocurriera en sus aventuras. Estaba en el punto crítico que definiría todos los días hasta llegar a La Paz.

Tome el camino menos transitado con rumbo al parque ecoturístico San Antonio Necua. De este parque hay muy poca información y me guiaba confiando en un parrafo escondido en lo profundo de un post de un viajero que había pernoctado aquí en el 2014. Hay que confiar en el compañero viajero.

La carretera de asfalto se alejaba hasta que desapareció por completo. Me encontraba entre parras y después en medio de un desierto semi-arido – una sinuosa bajada y las puertas de este oasis. Una tiendita fue mi salvación. Llegue como astronauta con equipo completo bajo un sol que calentaba la tierra a 41 grados centígrados. Gotas de sudor escurrían de las mangas de mi chamarra. Al quintarme el casco el encargado de la tiendita y del campamento verifico que si era terrícola y me ofreció guardar todo mi traje y mis alforjas en lo que iba a explorar la zona. (Pueden encontrar mi reseña de este camping aquí)

Baja en Moto - Valle de Guadalupe


Que diferencia es comandar una moto de 320 kilogramos cuando pesa 260kilogramos. Con todo mi equipo en una bodega me sentía como una pluma danzando en el viento. El buen señor del campamento me envío por una ruta por la cuál al poco tiempo estaba a la entrada de la casa Vitivinícola de Doña Lupe. Por fin ya podía sentir que estaba a minutos de un buen vino en mi paladar.

Las Casa de Doña Lupe resultaría ser la visita que mas me sorprendió. Sin pretensiones neo-hipsters que vería mas adelante ni un gran proceso automatizado, te acoge de la misma manera que lo hace el sabor del roble y uvas con un buen queso. Además la familia de Doña Lupe no se a quedado descansando en sus parras. Cerveza artesanal y todo tipo de jaleas, salsas, miel, y confecciones todas hechas en la misma finca. Es en momentos como este que lamentaba no traer un coche con una cajuela enorme.

Baja en Moto - Valle de Guadalupe


A la vuelta se encuentra L.A. Cetto. Un gran contraste. Fue mi siguiente parada. Quería visitar esta y Domecq como las casas grandes para comparar con Torres, Mote Xanic ú esas otras cuyos vinos solo encuentras en La Europea.

L.A. Cetto funciona de una manera similar a Freixenet en Queretaro, con tours cada 30 minutos y todo tipo de organización. Rápidamente se formo un racimo de personas y después todos nos encontrábamos en tour observando a un camión remolcando 6 vagones todos llenos de uvas. Conforme tocaba su turno, cada vagón se levitaba automáticamente vaciando sus contenidos a una maquina que hacia la labor de pies, pisando y triturando las uvas. Al final de este aparato se veía el jugo de uva vaciándose en grandes contenedores.

La visita es un poco faltante de detalles.. quizás porque todo esta automatizado, pero momentos después ya estábamos en una gran bodega llena de barricas, en una explanada decorada con “los modelos anteriores” con los cuales se hacia el vino “de antaño”, y finalmente nos estaban embriagando en la degustación; seguro para que se nos olvidara el gran cubetazo con el cual nos habían explicado todo.

Valle de Guadalupe


En el estacionamiento sostuve una buena charla, a raíz de la moto supongo, con un colombiano que trabajaba como guía turístico llevando a grupos por el valle. Me recomendó darme una vuelta por la Finca de la Familia Torres. “El único y autentico etnólogo de la zona reside y tiene ahi su laboratorio.” Según era información confidencial (aunque ahora que escribo esto, no se si había algún tipo de comisión en todo el asunto). Pero bueno, tome nota en un post it y  me lo pegue en la mente.

Lo divertido del Valle de de Guadalupe es que hay un millar de fincas. Te puedes perder y seguro te encuentras en una hacienda en medio de parras degustando el fruto de las uvas a tu alrededor. Para absorberlo todo al máximo creo que lo mas sano es quedarte por ahí y tener un par de días para realmente saborear este lugar y regresar cada noche a dormir con el corazón feliz. La vista desde la terraza de Monte Xanic, por ejemplo, es espectacular y podrías pasar aquí una tarde entera. Hay como 12 otras fincas cuyos nombres no recuerdo que ofrecen ambientes diferentes pero igual de placenteros.

ValledeGuadalupe_08


En uno de esos caminos de repente me salto el nombre Familia Torres y recorde lo del post it mental. Me tenia que detener a ver de que se trataba.

Un food truck y un inmueble con el mejor estilo. Al instante tuve un pensamiento de lamentar haber entrado… de la misma manera que lamentas entrar a una boutique en mazaryk donde eres la única persona y el vendedor te ve con ojos de que vas a comprar algo o que. Bueno, mas amable que eso.

Me explico de que se trataban los vinos de la finca, las familias de vinos que producían y la historia de cada uno. La verdad, exquisito el que probe (tampoco puedes degustar todo en todos los lugares).  Me contó con todo lujo de detalle la historia de la botella que al parecer era la buena y me iba a ver mas o menos obligado a llevarme conmigo. La botella mas cara que e comprado en mi vida a unos 500 pesos (si ya se, pero soy de los que pienso que el vino de 100 a 200 pesos puede ser igual de bueno). Me sentí bastante bien de mi compra… aparentemente este vino era la ostia. Ningun frances había podido discernir que era del nuevo continente; había burlado al mejor catador español también. Familias con apellidos Aguillarde y Beliveau constantemente lo mandaban pedir. Mmh.. con que no se rompa la botella antes de llegar a casa…

En una nota, adelantándome bastante a la historia… Hace una semana abrimos la botella. Que vino mas delicioso y tan diferente a cualquier otro vino (de 100 a 200 pesos) que habia probado. Seco como Baja pero con un sabor a roble que parecia estabas dandole una mordida a un arbol. No soy ningun catador experto pero que buena experiencia que un vino tenga tanto sabor y tan diferente. La botella la continuamos con un Merlot de la casa nos supo a vinagre. Supongo es lo mismo que sucede cuando continuas con una Sol después de una Guiness.

Valle de Guadalupe


No sabía muy bien lo que me esperaba para el día siguiente. Tenía muchas ideas en la cabeza pero nada concreto y necesitaba una ruta o algo que me asegurara que estaría haciendo lo mejor con los próximos días. No cabía duda que el día de hoy estaba resultando mucho mas de lo que podría esperar, pero apenas o/y ya eran las 4 y empezaba a dudar si acampar en un lugar sin señal sería lo optimo para formar algun tipo de opinion para el día siguiente.

En ese momento hice algunos cálculos y unas búsquedas en internet y decidí que la mejor decision sería quedarme en un hostal en ensenada donde podría platicar con viajeros y ver la mejor ruta. Si me apuraba, aún podría llegar al anochecer.

Regrese al parque ecoturistico por mis cosas y le agradeci al encargado por su gran hospitalidad y por cuidar de mis cosas. Un día regresare a acampar ahí.

Ensenada

Ensenada esta a unos 40 minutos del valle. Creo que si trabajara en ensenada pensaría seriamente en vivir dentro de una finca.

Llegue directo al Ensenada Backpacker´s Hostel. Un buen lugar para cualquier viajero, y como yo, estaba lleno de trotamundos. Rosalba te atiende con la hospitalidad que solo podrías encontrar en este tipo de lugares. Interesada por saber de donde vienes, a donde planeas ir y feliz de divulgar todo tipo de información sobre cosas que no te puedes perder, hacer, comer. “No contamos con estacionamiento, pero puedes meter la moto en el pasillo que conduce al patio, ahi estará segura.”

Estoy feliz con mi Super Tenere 1200, la verdad que no sientes los 260 kilos o los 320 kilos o los casi 500 kilos cuando vas dos mas equipaje. Es una moto pesada. De las mas pesadas de hecho. Pero esconde su peso muy bien. Pocas motos tienen el radiador a un lado, y esto es un logro de ingenieria que permite colocar el motor mas adelante, casi encima de la llanta delantera y distribuir el peso de una manera mas uniforme. Cuando en movimiento, aún lento, el peso desaparece y te conviertes en un tanque con increíble estabilidad y con la confianza de pasar por casi cualquier cosa.

Valle de Guadalupe

Pero maneobrarla con el motor apagado y en neutral es otra cosa completamente diferente. Tienes que estar consciente en todo momento de como vas a salir de cualquier lugar donde la dejas estacionada. Nada de meterte de frente cuando hay un declive; Necesitarías un remolque para sacarla. Es algo que depues del primer error, haces sin pensar… estudias le geografia de cualquier parking, como un golfista en el green, y tomas una decisión para hacerte la vida mas facil cuando regreses a continuar tu camino.

En este caso pensaba que tenia que meter la moto en reversa o mañana no habria como sacarla de ahí. Era un pasillo estrecho apenas tan ancho como los manubrios. Al entrar un escalon y despues una pequeña rampa. Flexionando musculo bajo la mirada de Doña Rosalba, comenze la maniobra. No pasaron mas que unos segundos cuando ya se escuchaban los gritos de socorro eminando de la dulce Doña Rosalba mientras toda mi fuerza se concentraba en una moto que se encontraba cada vez mas inclinada y completamente fuera de lugar. Rápidamente salió un frances y un americano y entre los tres logramos posicionar la moto dentro del pasillo. Que estrés. Pero bueno, es así como haces amigos no?

A los pocos minutos estabamos todos de regreso en la sala del hostal intercambiando historias de viaje, se unió un señor – de esos retirados que lo había vendido todo y llevaba 7 años en el camino explorando el mundo. Son platicas muy entretenidas y sobretodo motivacionales para salir y viajar.

Después de un tiempo se había dispersado el grupo en varias actividades. Aproveche para ir a explorar Ensenada y buscar un buen lugar para un Fish Taco.

Es verdad, y seguramente como todo, habrá una excepción, pero los mejores fish tacos estilo ensenada en baja, los encuentras en los puestos de la calle. Esa noche cene como rey en un puesto de aluminio cerca del hostal.

Con el estomago en paz regrese a estudiar los próximos días de viaje. Resultaría el comienzo de un viaje increíble rumbo a La Paz.