Día 12 : De Belmopan a Caye Caulker

Prácticamente todas las personas que hemos conocido en Belice han tratado de ayudarnos de alguna forma. Se siente esa intención honesta de hacer algo por ti. Está bueno. Hemos tenido mucha buena suerte en este viaje.

El plan para hoy era ir a Caye Caulker. Un cayo a unos 35 kilómetros por mar desde Belize City. Yo no sabía, pero un cayo es una isla formada por arena sobre un arrecife de coral, que normalmente son parte de una barrera. Tampoco sabía que Belice tiene la Great Barrier Reef, que es el segundo arrecife más grande del mundo…

Total que hoy saldríamos de Belmopan hacia el aeropuerto de Belize City, donde guardaríamos las motocicletas en el estacionamiento. Meteríamos todo a los backpacks y mochilas y de ahí en taxi a Belize City y luego por barco hacia Caulker.

Nick, el dueño del hotel en Belmopan -y el primer británico que conocemos en el viaje-, después de escuchar nuestro plan, nos dijo que el creía que el aeropuerto no era la mejor opción, y de inmediato llamó a Beverly, la gerente de un resort cerca de Belize City para pedirle como favor que nos guardaran las motos y el equipo ahí y que nos llevaran a Belize.

Bien, ¿no?.

Creo que le caímos bien a Nick. Y estaba encantado con las motos. Hasta nos contó que su cuñada vivía en Enfield, Inglaterra, donde se fabricaban las Royal. Desde el día anterior había pedido que ‘no nos fuéramos sin que se tomara una foto con las motos’ y al final se tomó la foto, con nosotros incluidos.

Belmopan no tiene tanto que ver, pero seguro que si regreso, volvería al hotel de Nick. Estuvo muy bien conocerlo.

Entonces manejamos unos 70 km. hacia el Black Orchid Resort (www.blackorchidresort.com), un lugar a un lado del río Old Belize River, en Burrell Boom, donde ya nos esperaban.

En el camino a Burrell Boom hicimos una escala en el zoológico de Belice. Está padre. Es pequeño, pero es un zoológico amigable y cercano. Puedes acercarte y tocar a algunos de los animales. Y aunque vimos hasta pumas, jaguares y ocelotes, a mi me gustó más un venado que tiene la lengua larga y no la puede meter, justo como Aia, una de mi perritas bóxer, jaja.

Cuando entramos conocimos a un par de motociclistas que venían de México y luego cuando salimos, había una nota en las motos de otros motociclistas, que decía ‘que bonitas motos, les invitamos esta noche un mezcal para que nos platiquen de su viaje…’.

Pero debíamos llegar a Caye Caulker hoy. Ni modo.

Bueno, desde el Black Orchid fuimos a Belize City en una camioneta del hotel. La primera vez en 12 días que nos subíamos a un coche. Fuimos directo hacia el puerto y sólo hemos visto la ciudad desde el coche. Y de ahí, en barquito hacia Caye Caulker. Un viaje de un poco menos de una hora.

Caye Caulker es una isla que aunque está dedicada al turismo americano y europeo, tiene aún el toque rústico. Como sí fuera un Playa del Carmen hace unos 25 años, dice Charly.

Llegamos antes del atardecer y la vista desde que llegas en barco es como de fotografía. Impresiona ver los colores del cielo y del mar y los muelles de los hotelitos de colores a lo largo de toda la isla.

Logramos conseguir la última cabañita disponible en Ignacio’s Beach Cabins, el hotel que sale en la portada de la guía de Lonely Planet. Seguimos con suerte.

Ignacio’s Beach Cabins son estas cabañas pintorescas y de madera color morado frente a la playa. Es un lugar muy simple, tal vez demasiado simple. Solo tienen lo básico y podrían estar mejor. Pero tal vez es parte de su encanto y los turistas se las pelean. Hoy fuimos testigos.

Salimos a conocer un poco la isla, que está llena de pequeños hoteles y restaurantes, otra vez, muchos de dueños extranjeros y cené la primera vez un plato beliceño. Chichen, rice & beans y una Belikin.

Esta cayendo una tormenta en Caulker y hay que descansar.

Mañana es 30 y no hay que manejar y seguiremos hasta el 31 aquí, para ir hacia Burrell Boom y luego hacia la frontera

Por cierto, aquí no hay coches, sólo bicicletas y carritos de golf.

Ni siquiera tenemos las motos cerca. Eso es extraño.

– Tavo

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