Día 13 : Caye Caulker

El primer día sin manejar. Y sin planes ni levantadas de madrugada para seguir manejando. Se siente raro.

Se supone que Caye Caulker se empezó a hacer famoso en los setentas, porque era parte del ‘Gringo Trail’, la ruta hippie que iba desde Isla Mujeres, Tulum, Tikal y Atitlán.

En muchos lugares de Caulker puedes leer ‘Go Slow’, que es el motto de la isla. Hoy estuvimos ad-hoc.

Me estaba acordando que existe un movimiento que se llama Slow Movement que entre muchas cosas dice que los lugares a donde viajas no deberían de ser sólo una secuencia de visitas turísticas obligadas, sino que hay que tomarse el tiempo de realmente conocer el lugar y su gente. No estar menos de una semana en cada lugar. Estaría bueno, ¿no?

Caminamos hacia una parte de la isla que se llama el ‘Split’ que es un canal que se empezó a formar por un huracán hace años y que corta la isla en 2 partes. Del otro lado del split hay una reserva ecológica y del lado habitado parece una playa pública de Europa, llena de turistas buscando un lugar para asolearse.

Nos quedamos ahí. Buscamos un lugar cerca de la playa y encontramos un local donde venden 6 Belikins por 20 dólares de Belice.

Y ahí nos quedamos todo el día Charly, Mich y yo a platicar. Y el clima estuvo muy bien. Sol y nada de lluvia.

Terminamos el día comiendo pasta en un lugar italiano donde se enojaban cuando se manchaban sus manteles con vino tinto. Pero la pasta estaba buena.

Mañana nos vamos de aquí, al barco, luego hacia el Black Orchid y luego a manejar hacia la frontera con México.

Al fin veremos, yo a Paty y Charly a sus hermanos, para pasar fin de año en Bacalar, México.

Será triste irse de Belice. Pero también regresaré a Caye Caulker.

– Tavo

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