Parte de las rutas por recorrer mientras en Ecuador esta la famosa Quilotoa Loop que te lleva por varias poblaciones indigenas mientras subes por una carretera de terrazería lentamente hacia el Lago Quilotoa a 3600m sobre nivel del mar.
A agradecer están los arquitectos Jorge Javier Andrade Benítez, Javier Mera Luna y Daniel Moreno Flores quienes se han dado a la tarea de estudiar y construir un bellísimo mirador/plataforma directamente en las faldas del Volcán de Quilotoa.
A continuación les dejo con la Descripción de los arquitectos acerca de esta maravillosa construcción;
Este proyecto comienza con el reconocimiento de un reto conceptual que estructura la idea que genera la propuesta: ¿Qué características podría un mirador tiene que ser atractivo, incluso cuando todos sus alrededores naturales ofrecen interesantes (y similares) puntos de vista? Esto se debe al hecho de que el proyecto se encuentra en el borde superior del cráter de un volcán activo que tiene un lago en su interior, que crea múltiples oportunidades de observación a lo largo de su entorno.
Debido a sus peculiaridades geográficas, el cráter del Quilotoa y su lago se han convertido en un sitio turístico de creciente popularidad en el Ecuador. Situado en los Andes, esta elevación es de 170 km al sur de Quito. Su altitud es de 3,974 metros sobre el nivel del mar, y el diámetro del cráter es de aproximadamente 3 km. Debido a los minerales presentes en el agua, el lago en el cráter tiene un color turquesa distintivo que es la característica principal de este sitio. El ecosistema de esta zona es un páramo andino, por lo tanto, su vegetación circundante incluye pastos bajos, arbustos y pequeños árboles endémicos. Todos estos elementos se suman para crear un paisaje de una belleza sobria.
La zona ha sido tradicionalmente habitada por poblaciones indígenas de la sierra ecuatoriana, que tienen una forma eminentemente agrícola de subsistencia. El asentamiento más cercano es Zumbahua; Sin embargo, algunas pequeñas comunidades dispersas viven más cerca del lago. Shalala es una de las comunidades que tienen lazos tradicionales con el volcán, y sus habitantes han comenzado un emprendimiento turístico para ofrecer un alojamiento, servicio de restaurante y visitas guiadas a los lugares de interés de la zona.
El Ministerio de Turismo del Ecuador respondió a la iniciativa de la comunidad, proporcionándoles infraestructura complementaria a sus instalaciones turísticas: un mirador en el borde superior del cráter y el sendero para conectar con la zona principal del complejo turístico. El Ministerio dirigido a apoyar el emprendimiento de la comunidad para ayudar a sus miembros a aumentar sus ingresos a través de su participación en la prestación de servicios turísticos.
El mirador está previsto para instalarse en el borde superior del cráter, su objetivo principal es crear una estructura que permite la observación ininterrumpida de los alrededores, donde los usuarios pueden llegar a la frontera del acantilado de manera segura. Sin embargo, el reto conceptual explicado anteriormente restos, en el que el sitio elegido para el mirador tiene una vista muy similar a la del resto de la frontera del cráter. Por lo tanto, el análisis se centra en lo que otras experiencias podía pasar por alto la oferta de convertirse en un punto de interés en la zona.
La respuesta que ofrece este proyecto se basa en la creación de oportunidades para el visitante a ver el paisaje en diferentes formas que de cualquier otro punto en el cráter. La experiencia del usuario se enriquece a través de la creación de una plataforma que se extiende desde el borde del cráter sobre el acantilado que mira para dar al visitante la oportunidad de “volar” sobre la producción de un vértigo casi como sensación de paisaje. Al mismo tiempo, se crea un espacio para la visualización pasiva, donde el usuario está protegido de los elementos y es capaz de tener un momento de la contemplación y la introspección.
El intento de proporcionar estas experiencias opuestas, pero complementarias de los resultados de los usuarios en la creación de una estructura que se compone de una plataforma superior que las extensiones que más allá del borde del cráter, y, directamente debajo, gradas que siguen la pendiente natural donde los usuarios tienen la oportunidad de descansar y disfrutar del paisaje natural. Estos gestos simples, pero claros, arquitectónicos dan al visitante la oportunidad de tener una experiencia diferente a lo que se pudo encontrar en el resto del cráter.
La belleza discreta pero magnífica del paisaje, la demanda de la respuesta arquitectónica a ser austero, en un intento de fusionar en sí con el paisaje circundante. Una forma simple y el uso uniforme de materiales dan la intervención las mismas cualidades estéticas que de el sitio. El elemento se compone de un sistema de armadura de acero interna y la piel del elemento está construido con madera que localiza la intervención dentro de la paleta cromática y la textura del paisaje. Las características de la frontera son como elementos de seguridad, al tiempo que permite una visión clara de los alrededores. Por lo tanto, el vidrio es el único material utilizado en los extremos abiertos de la pasa por alto. El sendero que conecta con el mirador se construyó con bordes de piedra y llena de grava, que buscan marcar una ruta definida y para crear una superficie transitable sin alterar las cualidades naturales del paisaje. Cada gesto en la intervención intenta no modificar la actual armonía presente en el sitio, por esta razón, toda la estructura está diseñada para ser desmantelado y retirado si en el futuro ya no se necesita con facilidad.
Desde la creación de este mirador, se ha producido un notable incremento en la actividad turística en la comunidad. Además, sus miembros se han involucrado en el mantenimiento de la intervención y se comprometen a mantenerlo en buenas condiciones. Esto podría ser calificado como un caso exitoso, donde las intervenciones del Estado, la comunidad y los diseñadores han alcanzado el resultado esperado.
