Día 15 : Bacalar

Esto de arreglar un tour en lancha, a las 10 de la mañana del 1 de enero, con todo el mundo con los estragos de la fiesta de año nuevo, no es buen negocio.

Así nos fuimos a conocer la laguna, y aunque no pudimos ver todos los 7 colores, no por la cruda, sino porque ha llovido mucho, igual está bien bonita. Y todos sobrevivieron al viaje.

Tal vez lo más impresionante es el gran cenote que según Víctor, el capitán de la lancha, se llama ‘Cenote de la Escuela Normal de Bacalar’, aunque nosotros creemos que seguro tiene otro nombre, algo más maya. Hay que investigar.

Tendrá unos 70 metros de diámetro y según Víctor, unos 100 metros de profundidad. Es impactante como puedes ir nadando y viendo el piso de la laguna y cuando llegas al borde del cenote, el color cambia a azul profundo y se siente la inmensidad del hoyo ese.

Ir solamente a 3 o 4 puntos de la laguna nos llevó más de 4 horas. Pero valió la pena, aunque ya sólo usamos la tarde para descansar y no hacer nada. Comimos en el hotel y luego, originalmente íbamos a dormirnos una hora y nos veríamos más tarde, pero despertamos 14 horas después…

Por eso, la historia se queda hasta aquí hoy, con 14 horas de sueño

Durante todos los días del viaje, los tres traíamos la idea en la cabeza de no perder el tiempo durmiendo o descansando de más y aprovechar lo máximo para conocer, e ir y venir, entonces nos sentimos un poco culpables por dormir tanto. Pero es una idea tonta, ya que justamente ese era el objetivo de parar por unos días.

Estamos tratando de encontrar un nuevo equilibrio ahora que estamos todos juntos.
Hasta el domingo, que empezaremos el regreso y ese equilibrio ya lo tenemos más dominado.

En Bacalar sigue lloviendo. Hoy no nos tocó empaparnos, no en la moto pero si en la lancha. Ya hasta lo tomamos con filosofía.

Por cierto, se me había olvidado escribir que ayer en la cena de año nuevo uno de los otros huéspedes interrumpió la cena para decir que atrapó a un empleado del hotel robándole 2 mil pesos de su habitación. Y ahí vamos todos a checar las nuestras, porque como les contaba, el concepto de las cabañas incluye que no tengan cerraduras ni llaves…

Al final todo bien. Después de pensarlo, Charly tiene la teoría de que tal vez el huésped es de esos que siempre trae un gusano en la bolsa, para echarlo en la sopa cuando sea necesario. A mi me gustó mucho el hotel.

Mañana nos vamos todos a Mahahual.

– Tavo