Hierve el Agua
Formadas por escurrimientos de agua carbonatada que brotan de manantiales en la parte superior de la barranca, las blancas capas pétreas que identifican a esta maravilla natural están a más de 200 metros de altura. El área de manantiales o explanada superior, llamada anfiteatro, cuenta con pequeñas pozas naturales que han sido aprovechadas para crear una enorme alberca de aguas templadas, y que funcionan como un balneario natural.
Si tienen un día para hacer algo en Oaxaca olviden Monte Alban y vayan a Hierve el Agua. Es de esas cosas que tiene Oaxaca que hacen de este estado una cosa singular en el mundo.
Se tarda un poco en llegar sin duda. Si vas en coche o moto propia tienes que tener paciencia pues después de pasar Mitla te esperan una serie de momentos anticlimáticos donde la señales parecen indicar que ya llegaste – aún no. uy no. Pero perservera y tendrás tu justa recompensa. Incluso paga esa doble taquilla… cómo en muchos lugares es cosa de políticas locales.
Al llegar te espera lo predescibles puestitos de comida y bebidas. Te recomendamos bajar con un refresco o una cerveza.
También te recibe una de esas estructuras modernas de cemento que suelen tener estos lugares de naturaleza. Recién construida por el último gobernador local con una placa gigantesca con el responsable de la aberración.
En este caso es un espacio con pisos de loza donde por una cuota de $nn puedes acampar. Es algo muy raro. Se agradece, supongo, que cada espacio para acampar es semi privado y tiene una cocina con lavabo y sartén… pero el piso es de loza de cerámica azul y tiene vista a una alberca de cemento medio fea llena de agua de manantial que brota naturalmente.
Más abajo, cómo a 200 metros se encuentra uno de los escenarios naturales más espectaculares de México. Hierve el Agua.
Dos impresionantes cascadas petrificadas (carbonato de calcio) formadas, desde hace miles de años, por el escurrimiento de agua carbonatada. Desde los manantiales, el agua desciende por agrestes cantiles de más de 50 metros de altura.
El área de manantial que da origen a ésta, fue aprovechada para crear una gran alberca que actualmente se ha convertido en balneario natural, de agua regularmente templada. La temperatura del agua es ligeramente superior a la del medio ambiente fluctuando entre los 22 y 25 grados centígrados y por tanto por muy debajo del punto de ebullición. Hay dos lugares en estas albercas – cercadas – donde se puede apreciar cómo “hierve el agua” del suelo.
El principal atractivo lo constituye el espectáculo que ofrecen dos impresionantes cascadas petrificadas, la primera de 30 metros de altura y la segunda de 12 metros aproximadamente. Formadas por escurrimientos de agua carbonatada desde los manantiales situados en la parte superior de las peñas. De estos manantiales se proyecta el agua por sobre las formaciones, originando nuevas capas pétreas que se proyectan hacia una barranca de más de 200 metros de profundidad.
Si traes traje de baño es posible meterte a una gran alberca que se forma al borde de estas cascadas. Es algo realmente espectacular pues es de esas “albercas infinitas” en donde el horizonte continua hacia el cielo azul. Desde un pequeño escalón al borde puedes apreciar todo el valle – algo espectacular.
Originalmente, éste fue un lugar sagrado para la etnia zapoteca, según indican los vestigios de un antiguo sistema de riego de hace más de 2,500 años.
Cómo dato curioso la única cascada similar es la de Pamukkale, situada en Turquía.