El Arquitecto se fue – o por lo menos ya no visita. Se siente pero no le quita a su encanto – fue un buen arquitecto.
Pero definitivamente ya no visita. Se siente al momento que llegas a un lugar dónde el dueño ya no esta y le paga a alguien por ser hospitalario. Pocos lugares logran esta transición sin perder su esencia. Por ejemplo las Cabañas Buena Onda lo logra con Pierre y su esposa o el súper buena onda que las administra cuando ellos no están y sin embargo ninguno de ellos es el dueño.
La Posada del Arquitecto nació en los años 90 cuando Mazunte era una playa agreste y deshabitada. Los amigos pasaban, y había que arreglar espacios habitables para ellos. Así espontáneamente comenzaron a evolucionar algunas palapas y casitas rústicas, construidas jugando con los principios de la bioarquitectura y con los materiales naturales de la región, descubriendo y adaptando las técnicas de construcción típica de la zona.
Las posada goza de la mejor cumbre de Mazunte una que divide las dos playas de esta localidad. Las habitaciones y palapas están construidas a lo largo de una escalinata que te lleva en su cima a una superficie plana llena de camastros flotantes desde donde se puede apreciar toda la bahía de Mazunte. Esto es el verdadero encanto de la Posada del Arquitecto. Y por si no fuera poco, por 100 pesoste dejan dormir en estos camastros